Todo joven tiene fuertes deseos de tener éxito, así como un concepto idealista de cómo debería ser su vida en función de los estándares sociales. Por ejemplo, haberse graduado, tener un buen trabajo, una pareja estable y hasta un hogar con hijos.
Sin embargo, al momento de cumplir 30 años, y verse sin haber alcanzar algunos de estos parámetros puede impactar significativamente su vida, explica la psicóloga clínica del Centro Vida y Familia, Auris Kisauris Belén Paulino.
“Esta es una etapa que lleva a un joven adulto a cuestionarse seriamente sobre lo que ha logrado y lo que no, a nivel personal, relacional, profesional y económico”, manifiesta Belén Paulino.
Cabe destacar que muchos hombres y mujeres entran de lleno en este estado de crisis cuando comparan su panorama existencial con el que viven algunos de sus familiares, amigos o conocidos. La crisis de los 30 inicia en ese instante en una persona se vuelve muy crítica contigo misma, recriminándose las oportunidades que ha ido perdiendo. Entonces, es ahí, cuando aparece la angustia.
Otros de los factores que detonan una crisis existencial son los cuestionamientos que le hace la familia a su ser querido sobre cuándo se va a casar, va a tener hijos o qué hará en un futuro.
“La crisis de los 30 también puede generarse por un conflicto de ideales personales que se concibe, y a la presión social. Asimismo, influye el sentirse insatisfecho con lo que se ha alcanzado, el deseo de cambiar y de tomar nuevas decisiones”, indica la especialista.
Los síntomas comienzan a aparecer cuando una persona, además de cuestionarse internamente, siente miedo, angustia, inseguridad, tristeza, insatisfacción, sensación de soledad, ansiedad entre otros, menciona Belén Paulino. Asimismo, comienza a pensar en irse de la casa de sus padres, si aún no ha ocurrido, casarse, tener hijos, ejercer o terminar una carrera lo antes posible y seguir creciendo a nivel profesional, laboral y económicamente, puntualiza Belén Paulino.
“Es increíble cómo la presión social, en un determinado momento, logra que muchos jóvenes se confundan y perciban que han perdido el tiempo. Si estás en esta situación, no te compares con los demás. No tienes que ir al ritmo de otros, vive tu propio ciclo, enfócate en tus prioridades y expectativas para poder lograr tus objetivos, sin estar pendiente de los demás”, señala la especialista, a la vez, recomienda a quienes estén pasando por este proceso buscar ayuda donde un especialista.
Fuente: Jessica Bonifacio