Hablar de educación virtual, la mayoría de las veces, genera ciertas dudas e inquietudes en las personas. Solo el hecho de pensar que la interacción con el docente no será presencial y que, por el contrario, estará mediada por algún medio digital, genera cierta desconfianza, hasta cierto punto, rechazo. Esto se debe, principalmente, a que culturalmente algunas sociedades no estamos preparadas para asumir este modelo.
Gros (2011), plantea que, tradicionalmente, el estudiantado siempre había tenido claro, durante su proceso de aprendizaje, cuál era el papel que le tocaba de-sempeñar: tener una presencia determinada, un comportamiento y actitud adecuada en el aula, además de unos compromisos académicos que implicaban estudiar y reproducir todo el material didáctico. Todo esto era producto de un sistema educativo centrado en el docente.
Pero con el paso del tiempo, los avances tecnológicos y las transformaciones en el ámbito educativo este enfoque cambió y el proceso de enseñanza-aprendizaje pasa a centrarse en los estudiantes, quienes asumen un rol mucho más activo en la construcción de sus conocimientos.
En este sentido, y producto de ese proceso de transformación, surgen nuevas modalidades educativas, entre las que la virtualidad se destaca, por su flexibilidad y personalización del aprendizaje. Tony Bates (2015) refiere que el aula ya no se circunscribe a cuatro paredes y una pizarra, sino que traspasa las barreras físicas y del tiempo, debido al surgimiento de nuevos entornos de aprendizaje mediados por internet.
Los retos que supone la educación virtual para los estudiantes, no están vinculados a la aparición constante de nuevas tecnologías, sino al desarrollo de nuevas capacidades que le permitan responder, efectivamente, a estas nuevas exigencias.
Gros (2011), nos comparte algunos desafíos a los que se enfrentan nuestros alumnos cuando asumen, por primera vez, esta modalidad de formación:
Disciplina, pues la virtualidad se enfoca en la autogestión del aprendizaje, donde el alumnado debe velar por la organización y manejo de su tiempo.
Asumir un nuevo modelo de aprendizaje donde el estudiante es el eje principal.
Desarrollar competencias comunicacionales que le permitan mantener la interacción con sus docentes y demás compañeros.
Los estudiantes deben asumir un alto grado de responsabilidad respecto a su aprendizaje, a pesar de que el docente debe ayudarle y guiarle en su proceso.
Tomando esto como referencia, compartimos algunos aspectos que los estudiantes virtuales deben tener en cuenta, para garantizar que su experiencia, en un modelo de aprendizaje en línea, sea positiva y exitosa:
Debe organizar su tiempo y así evitar dejar las tareas para el último momento. Siempre es recomendable, participar en los primeros días de habilitación de las actividades.
Incentivar la automotivación y autogestión del aprendizaje, en el entendido de que la interacción con el docente está mediada por un dispositivo y no siempre se da de manera simultánea.
Fortalecer las destrezas de comunicación escrita, teniendo en cuenta que el medio por el cual se transmite el mensaje es un entorno frío, que no refleja emociones. La escritura debe ser cálida.
Es importante respetar las diferencias. No siempre estaremos de acuerdo con todos y con todo ¡mente abierta a la diversidad de opiniones! Tener disposición para el trabajo colaborativo, pues en ocasiones se debe participar junto a otras personas en actividades propias de la formación.
Procurar desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo. Una de las ventajas de estudiar de manera virtual, es que hay flexibilidad en el manejo del tiempo, por tanto, tenemos oportunidad de profundizar en los contenidos y, en consecuencia, en nuestra producción intelectual.
Revisar constantemente los diferentes canales de comunicación del entorno en el que se realiza la capacitación. Una comunicación fluida y constante con los docentes, garantiza gran parte del éxito del proceso educativo.
Y, finalmente, disfrutar esta experiencia formativa donde, además de adquirir conocimientos, se descubre el potencial de la virtualidad para ayudar a desarrollar competencias necesarias para la carrera ¡y para la vida!
Autora: Rosa María Cruz, especialista en Tecnología Educativa y coordinadora de E-Learning de la Universidad Iberoamericana (Unibe).
DESARROLLO
La riqueza de la interacción en la modalidad virtual radica en el hecho de tener que construir conocimientos junto a los demás compañeros del curso. Esto, unido a la automotivación, la autodisciplina y todo aquello que refleje autonomía frente al aprendizaje, forman un conjunto de características que contribuyen, en gran medida, al desarrollo de experiencias de estudio virtuales exitosas. La educación virtual llegó, es una realidad invariable. Prepararse para asumirlo no es precisamente una opción, es un compromiso de cada persona.
Fuente: Listin Diario