Una propuesta muy jugosa

La diversidad que existe en cuanto a la carne puede ser más compleja de lo que aparenta. Dependiendo de la cocción, la preparación y hasta el corte, tanto el sabor como el valor nutricional de este alimento puede variar.

Es frecuente que al visitar un restaurante y pedir algún plato que incluya carne, quien tome la orden pregunte: ¿Qué término la quiere? Ya sea por costumbre o tradición siempre se tiende a elegir término medio, a veces sin saber si realmente este es el que más conviene.

Aunque la elección dependerá mucho de los gustos de cada persona, de acuerdo con el chef Giuseppe Imperato, lo más recomendable es cocinar la carne a una temperatura entre 70 y 75 grados Celsius.

Aunque llevarla a un fuego muy alto o por mucho tiempo puede hacer que la carne pierda un poco su característico sabor, según el especialista ese grado de calor es lo que permite que tanto las bacterias como las esporas se inactiven.

5 TÉRMINOS DE COCCIÓN DE LA CARNE ROJA
Mucho se comenta sobre lo negativo que puede ser agregar grandes porciones de carne roja en la dieta diaria, pero la realidad es que en esta se puede encontrar la mayor cantidad de proteínas que necesita el organismo, siempre y cuando se coma de manera correcta.

Aunque en torno a estos alimentos existen múltiples formas de preparación, escogerlos va muy de la mano de los gustos de cada persona. Mientras algunos prefieren sus carnes sumamente jugosas, otros se inclinan más por  las texturas consistentes.

Lo que sí es cierto es que de los diferentes tipos de cocción dependerá qué tan jugosa y suave sea la carne. De acuerdo con la chef Heidy Luna, entre más tiempo, menos será la suavidad de la carne, ya que las altas temperaturas hacen que esta pierda su jugosidad.

Consejos
A la hora de preparar la carne, la especialista recomienda agregar los condimentos al momento de la cocción y mientras se esté cocinado no aplastarla con espátulas, para poder conservar su jugo natural.

Otro punto importante es mantener la parrilla en donde se preparará la carne totalmente cerrada y a fuego lento antes de colocarla. Esto permitirá que se selle muy bien y quede totalmente cocida por dentro y crujiente por fuera.

Asimismo, aconseja seleccionar minuciosamente el lugar de adquisición y evitar comprar carnes de las partes inferiores de los animales, específicamente de las patas.

Según Luna, estas piezas mantienen mucho más tejido que las demás, por lo que tienden a quedar muy duras.

Fuente: Laura Ortiz

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