La influencia cultural se manifiesta diariamente en nuestra forma de escoger y combinar los alimentos. Y es que la gastronomía de cada país enriquece sus elementos atractivos e identifica a su población.
En países europeos, la gastronomía para una alimentación saludable propone un consumo alto en fibra, que proviene en su mayoría de panes, pastas integrales, frutas, verduras, así también incluye fuentes de ácidos grasos omega 3 en aceite de oliva y pescados. Esto varía en cada país, por ejemplo, en Asia se sugiere un consumo de arroz, soya y pescados como parte de sus recomendaciones.
Por basarse en la evidencia científica, se han propuesto modelos a seguir como la dieta mediterránea, la dieta DASH (abreviación en inglés de Dietary Approach to Stop Hypertension), Dieta Vegana, en las que sobresalen sus aportes a la prevención de la enfermedad cardiovascular.
¿Qué predomina en estos patrones?
La ingesta de frutas y verduras a diario son puntos invariables en todas las recomendaciones nutricionales disponibles. El tipo de fruta o verdura variará de acuerdo con la disponibilidad en cada país, pero la intención del aporte de fibras, vitaminas o minerales permanece.
¿Qué no encontraremos en estos modelos nutricionales sugeridos?
No encontraremos, en el caso de nuestro país, el uso de guineos verdes, plátanos o “víveres blancos” (ej. yautía, ñame), por no considerarse parte importante de la gastronomía de sus países de estudio. Pero no por su ausencia, debemos aislar sus propiedades positivas para una adecuada nutrición.
Nuestra cultura y la base de su alimentación tienen buenos principios nutricionales, en los que la distribución y combinación de sus ingredientes harán la diferencia. El típico plato de arroz, habichuelas guisadas, carnes, verduras (algunos elementos del plato llamado “bandera dominicana”) podría formar parte de una rutina regular cuando las cantidades se ajustan a las necesidades de quien las consume, y cuando los ingredientes menos saludables como frituras (tostones, arepas), condimentos (sopitas, exceso de sal) se aíslan a una frecuencia moderada y esporádica.
No veamos la idea de una alimentación saludable como un tipo de alimentación diferente a la que conocemos, pues en ocasiones las pautas dietéticas se caracterizan por el consumo de alimentos de alto costo o que no forman parte de sus costumbres. Tomemos en cuenta los elementos importantes que deben incluirse, aprovechemos todo lo que tenemos disponible como parte de ese proyecto, entendiendo que debe incluirse la variedad y estar dispuestos a probar nuevos sabores y texturas.
Fuente: Erika Pérez Lara/Nutrióloga Clínica