La lucha contra el cáncer, con atención especial el cáncer de mama, es uno de los principales y prioritarios temas de agenda en salud a escala mundial.
Cada vez son más los recursos destinados a la investigación científica sobre esta enfermedad, su tratamiento y la promoción de su prevención.
Los últimos años, según las estadísticas, gracias a las consistentes campañas de prevención más personas detectan a tiempo cualquier indicio de célula cancerígena en su organismo.
Ciertamente, más gente está viviendo satisfactoriamente y por período prolongado en esta época después de sobrevivir a un cáncer de cualquier índole.
Esto ha sido a causa de los novedosos tratamientos anticancerígenos y estrategias de supervivencia.
Sin embargo, los mismos tratamientos que ayudan a la gente a sobrevivir de este mal, podrían afectar también el corazón, como explica la especialista en cardiología Claudia Almonte.
¿Qué significa esto?
Para esta especialista el reciente descubrimiento se ha convertido en preocupación y reto para cardiólogos y oncólogos dominicanos.
Por lo que a raíz de estas evidencias la ciencia ha unido sus conocimientos formando nuevas disciplinas científicas como la cardio oncología.
Incluso, afirma la doctora, el riesgo de muerte cardíaca es mayor que el de recurrencia del cáncer, con una mortalidad hasta siete veces mayor.
Al mismo tiempo ésta puntualiza que indicadores similares también tienen efecto en materia de insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares.
Como de igual manera estos sobrevivientes a largo plazo pueden tener mayor riesgo de hipertensión arterial, aumento del colesterol e infarto agudo de miocardio.
“Nos encontramos con alivio por un lado y preocupación por otro”, dice.
La ciencia advierte en ese sentido que algunos fármacos quimioterápicos, radioterapia craneal y torácica y, sobre todo, hematopoyéticas se asocian a un incremento de la incidencia de eventos cardiovasculares comparados con pacientes que no han recibido estos tratamientos.
Almonte explica que a esta condición se le conoce como cardiotoxicidad, un término a menudo escuchado entre los especialistas de pacientes con cáncer.
Cardiotoxicidad es la condición en la que hay daño al músculo del corazón.
Como resultado de la cardiotoxicidad, es posible que el corazón no pueda bombear sangre a través del cuerpo. Esto puede deberse a la quimioterapia u otros medicamentos que pueda estar tomando para controlar la enfermedad.
Si es severa, la cardiotoxicidad puede llevar a una cardiomiopatía.
Este tipo de complicación puede variar en el tiempo de su aparición siendo un caso agudo o crónico para el paciente dependiendo de si los síntomas aparecen de inmediato (días después de concluir un tratamiento de quimio y radio) o años después.
Por esta razón, indica la también ecocardiografista de Medicina Cardiovascular Asociada (MCA) y MCA Naco, que ambas ramas procuran investigar la biología de estos efectos y buscar formas de prevenirlos, de manejarlos y posiblemente de contrarrestarlos.
Almonte, como presidenta de la Sociedad Dominicana de Cardiología, explica que a principios de año la institución conformó el Consejo Cardio-Oncológico, liderado por la experta Lidia Soto.
La pretensión como país, sugieren ambas cardiólogas, es que se desarrollen unidades cardio-oncológicas en hospitales, clínicas y centros de diagnóstico especializados en tratamientos de cáncer.
¿Cómo ayuda la Cardio-Oncología?
El objetivo de esta especialidad en el campo de la atención cardiovascular es que se pueda impulsar la creación de equipos formados por especialistas de la cardiología, oncología y hematología de adultos y pediátricos.
De esta manera se busca que podamos mejorar la salud cardiovascular de los pacientes oncológicos y que se minimicen los efectos nocivos que esos tratamientos causan al corazón.
El nuevo hallazgo del que se forma esta especialidad, detalla en sus objetivos que existe una mayor facilidad asistencial para el paciente con un enfoque multidisciplinario.
En ese sentido, es de vital importancia la discusión del tema entre los profesionales involucrados de manera que cada paciente afectado de cáncer pueda encontrar de inmediato una respuesta conjunta.
Es importante que todo paciente que ha sido sometido a tratamientos anticancerígenos sea evaluado -sin dilaciones- por su cardiólogo.
Asimismo, aquellos que estén recibiendo tratamientos deberán conversar con su oncólogo y combinar estas evaluaciones con evaluación cardiovascular.
Por esta razón, Almonte concluye que los equipos multidisciplinarios (los especialistas) deberán mejorar, a partir de entonces, la coordinación, la comunicación y la toma de decisiones acordadas para garantizarle una supervivencia sin mayores traumas al paciente.
Fuente: MUJERESRD.COM