Existen varias creencias que han sido pasadas de generación en generación, las cuales no tienen ninguna base científica, pero que continúan presentes en el diario vivir del ginecólogo y son preguntas frecuentes de parte de la embarazada y sus familiares. Aquí algunas de ellas:
1. La forma de la barriga determina el sexo del bebé. Si la barriga en puntiaguda es varón, y si está dispersa es hembra. No es cierto.
2. La frecuencia cardíaca del bebé determina el sexo. Si está más acelerado es niña y si es más lento es niño. Tampoco es cierto.
3. Si la madre tiene mucha acidez, es que el bebé tiene mucho cabello.
Se han hecho varios estudios y los resultados no han sido concluyentes.
4. Si la madre come “concón”, se le pega a la placenta. No es cierto.
5. Si la embarazada come guineo, el niño nace con flema. El exceso de banana no es recomendado, pero por su alto contenido de carbohidratos más que por causar afecciones en los bebés.
6. Si la embarazada come guanábana, le puede dar “frenesí”. A lo que se refieren es a eclampsia, o convulsiones durante el embarazo por presión arterial elevada. Solo las embarazadas que tienen presión baja deberían de evitar ingerir esta fruta, ya que puede ocasionar vasodilatación y bajar la presión aún más, o sea, que es todo lo contrario.
7. Por cada hijo que se tiene se pierde un diente. Totalmente falso.
Por los cambios hormonales durante el embarazo, es importante una adecuada higiene dental y acudir al odontólogo al menos una vez durante el embarazo.
8. Si la embarazada come hielo, el niño nace con gripe. No es cierto, aunque comer hielo se ha asociado a tener anemia, por lo que hay que descartar esta condición.
9. Tener relaciones sexuales puede hacerle daño al bebé. Salvo algunas condiciones específicas, las relaciones sexuales son permitidas durante todo el embarazo y no afectan ni ocasionan trauma en el bebé in útero.
Fuente: Samuel Guerrero