Las redes son una maravillosa herramienta, pero están llenas de trampas que podrían perjudicar la salud mental.
Entre los peligros que acechan sobre un mal uso de las redes, José DeConde, coah de relaciones personales, apunta a la necesidad de aceptación y reconocimiento “dando una imagen falsa de nosotros, donde puede más el aparentar, el postureo… Necesitamos volver a nosotros, a respetarnos, a querernos”.
Considera además que este postureo si es permanente conduce al aislamiento, genera ansiedad , angustia y depresión. Y todo ello “porque estamos proyectando una imagen de nosotros que no es la real y estamos siendo deshonestos con nosotros y los demás al dar una falsa apariencia de alegría, lujo o éxito, que luego muchas veces no es real”.
Vacío existencial
Rocio Gómez Sanabria experta en comunicación no violenta, considera como DeConde que las redes son una cosa estupenda, pero con el mal uso te pueden llevar a un sitio en el que que te puedas sentir muy sola.
En su opinión, tiene mucho que ver con la calidad y profundidad de las relaciones, si no puedes hablar más que de leves opiniones o no puedes hablar de sentimientos. Gómez Sanabria defiende que en función de la calidad de nuestras relaciones así va nuestra felicidad y para salir del mundo único y exclusivo de las redes invita, por ejemplo, a hacer algo por alguien, o a no consultar el móvil al levantarse por la mañana y darse al menos media hora antes de conectarlo.
La realidad
Hada García Cöck , coach y psicóloga especializada en alimentación y hábitos, comenta que cuando vemos a una influencer con un cuerpo y vida perfecta, una imagen ideal, hay que darse cuenta de que su trabajo es mostrarse así, y por lo tanto no nos podemos comparar. “Se nos olvida que su trabajo es salir bien en redes. Se dedican a eso y les pagan por eso, y al compararnos sentimos que nuestra vida es mediocre y hay que darse cuenta de que no es nuestra realidad”.
Para Hada lo que les pasa hoy a los jóvenes es que están constantemente bombardeados por unos mensajes e imágenes de las redes que les llevan a querer alcanzar una perfección imposible lo que les conducen a la frustración.
Para salir de la trampa aconseja intentar estar presente en las redes sólo 30 minutos al día porque si “controlamos las redes controlamos nuestras vidas, ganamos en felicidad, hay más tiempo para leer, salir, y relacionarse de verdad con los demás”.
Pensar en lo que nos rodea
Ángeles Quesada, filósofa especialista en diálogo socrático lleva años acercando la filosofía a la calle, intentando meter en nuestras mentes “atareadas y llenas de ruido el gusanillo de parar y pensar sobre lo que nos rodea, sobre los temas que nos preocupan”. Es por eso que afirma que para ella es importante hacer pensar a la gente si la tecnología es nuestra, “si podemos darle un uso bueno o malo o si bien está un poco dirigida y nos lleva a un lugar determinado, y por tanto, hay cosas que no nos deja ver…”“Nos hacen sentirnos coaccionados, publicar una imagen determinada en Instagram, muy pulida, muy bonita… que nos lleva a expresarnos como no somos”.
Fuente: EFE