Cuando se trata de la salud sexual y reproductiva, puede ser difícil saber qué es “normal” y qué puede ser un indicio de un posible problema para la salud. Aunque ciertos temas pueden hacerle sentir avergonzada, su ginecólogo ya ha visto y ha escuchado todo, y su tarea es ayudarla, no criticarla.
La doctora Shari Lawson, profesora titular de ginecología y obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, cita siete temas que usted siempre debería consultar con su ginecólogo:
1. Períodos menstruales dolorosos
Para muchas mujeres, los períodos menstruales son una experiencia desagradable. Los cólicos, los senos adoloridos y los dolores de cabeza son solo algunos de los síntomas más frecuentes durante la menstruación. Pero para algunas mujeres, el dolor menstrual va más allá de los cólicos y puede ser increíblemente fuerte. Si sus períodos son muy dolorosos o han estado empeorando con el tiempo, esto puede ser un signo de endometriosis o fibromas uterinos.
“Es importante hablar con su médico sobre este tema, porque existen muchas opciones para hacer que estos trastornos sean más tolerables. No es necesario que sufra en silencio”, dice Shari Lawson, M.D., ginecóloga de Johns Hopkins.
2. Olor vaginal
Aunque el olor vaginal puede ser un tema incómodo, es importante conversarlo con su médico si se trata de mal olor o un olor similar al pescado, o si ha notado un cambio en su olor vaginal normal que parece durar varios días.
“Aunque es normal que la vagina tenga un olor leve, cualquier cambio o mal olor puede ser un indicio del aumento excesivo de la cantidad de bacterias o de una infección vaginal”, explica Lawson.
3. Bultos hinchados o crecimientos en la zona íntima
Descubrir un crecimiento en la vagina o en los labios de la vulva puede parecer algo que cause preocupación. ¿Será un vello encarnado, un grano, un corte al afeitarse o posiblemente algo más preocupante? Los bultos generalmente son benignos, pero es importante que su médico le haga un examen si usted ha notado algo.
“Las verrugas genitales pueden ser visibles por algún tiempo, pero las lesiones por herpes pueden sanar en siete a 14 días, por lo cual es importante hacerse ver cuando esté ocurriendo el brote”, indica Lawson.
4. Incomodidad en el acto sexual
Es muy importante hablar con su médico si siente cualquier molestia o incomodidad cuando tiene relaciones sexuales. Tal vez usted se sienta incómoda al iniciar el tema, pero su ginecólogo puede ayudar a explicar y despejar sus inquietudes.
Sequedad vaginal: muchas mujeres tienen sequedad vaginal durante las relaciones sexuales. A menudo, la sequedad puede depender de la edad de la mujer y de factores atenuantes en su vida. Si una mujer joven tiene este problema y ha tomado anticonceptivos durante mucho tiempo, puede que no haya suficiente estrógeno presente, y tal vez necesite cambiar de método anticonceptivo. En el caso de una mamá ocupada, tal vez no esté tomándose bastante tiempo en los juegos eróticos previos al acto sexual, y eso esté provocando la sequedad. Si se trata de una mujer posmenopáusica que tiene sequedad, esto puede deberse a una baja en el estrógeno y su ginecólogo puede recetarle estrógeno vaginal.
Dolor durante las relaciones sexuales: si usted siente dolor durante el acto sexual, intente diferentes posiciones hasta encontrar una en la que se sienta confortable. No obstante, puede que algunas veces igual necesite conversar con su médico. “Es importante hablar con su médico si siente dolor durante las relaciones sexuales independientemente de la posición que intente, si los lubricantes no le ayudan a mejorar la sequedad vaginal y si tiene sangrado después del acto sexual,” señala Lawson.
5. Antecedentes sexuales
Muchas veces, a las mujeres les preocupa que su ginecólogo las vaya a criticar cuando les preguntan cuántas parejas sexuales han tenido, a qué edad tuvieron la primera relación sexual, si han tenido alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS) o sobre su orientación sexual o identidad de género. Estos temas son importantes debido a varias razones:
Para determinar los factores de riesgo de displasia de cuello uterino e infección por VPH. Tener relaciones sexuales antes de los 18 años puede a veces hacerla más susceptible a contraer el virus del papiloma humano (VPH) porque, cuando la mujer es más joven, la zona de unión entre el cuello uterino y la vagina es más pronunciada. Tener mayor número de parejas sexuales también puede aumentar las posibilidades de estar expuesta al virus.
Para conversar sobre posibles ramificaciones que podrían tener las ETS pasadas. “Algunas ETS pueden aumentar el riesgo de infertilidad, por ello, los médicos desean brindar el asesoramiento apropiado si surge la situación”, dice la doctora Lawson. “En el caso de ETS como el herpes, por ejemplo, también nos gusta proporcionar orientación porque esta enfermedad es de por vida y puede que se presenten brotes en el futuro”.
Para asegurarse de que un paciente esté recibiendo la mejor atención posible. Aunque las comunidades LGBT son diversas, las investigaciones han demostrado que existen ciertas preocupaciones sobre la salud entre las lesbianas y las mujeres bisexuales y los hombres trans que es importante tener en consideración tanto para la población LGBT como para los proveedores de atención médica.
6. Escape inesperado de la orina o las heces
La incontinencia urinaria o fecal puede crear mucho estrés y tener un grave efecto en su calidad de vida. Muchas mujeres tienen estos síntomas después de dar a luz, particularmente si su bebé fue grande o tuvieron un parto vaginal que requirió fórceps o extracción por vacío. Cuando las mujeres entran en la menopausia, estos síntomas pueden empeorar. Según la doctora: “Dependiendo del origen de la incontinencia, puede haber opciones de tratamiento médicas o quirúrgicas. Si usted habla con su ginecólogo o ginecóloga, él o ella pueden determinar cuáles son los planes de tratamiento adecuados y remitirla a un especialista en trastornos del suelo pélvico, si fuera necesario”.
7. Disminución del deseo sexual
Si bien la disminución del deseo sexual es más frecuente de lo que muchas mujeres piensan, es importante conversar con su ginecólogo para descubrir la causa de su preocupación. A veces, el deseo sexual se ve afectado por los medicamentos que toma, o puede ser un indicio de algún problema médico subyacente o un efecto secundario de una enfermedad ya conocida. En estas situaciones, su ginecólogo puede determinar qué intervenciones médicas pueden ser necesarias.
En otras mujeres, sin embargo, la falta de deseo sexual puede estar relacionada con la naturaleza de la sexualidad femenina -a veces, su deseo de tener relaciones sexuales o intimidad puede verse afectado por cosas fuera de su control, como el estrés o el trabajo-. Las mujeres que se encuentran en relaciones a largo plazo, son también menos proclives a excitarse espontáneamente comparado con las etapas iniciales de su relación.
En estas circunstancias, su ginecólogo puede hacer recomendaciones para ayudarle a aumentar su deseo sexual en forma natural o remitirla al terapeuta indicado. Lawson señala: “Les digo a mis pacientes que cuanto más frecuentemente intenten tener relaciones sexuales, más frecuentemente desearán tener relaciones sexuales debido a las endorfinas que se liberan durante el acto sexual. Y esto les hará sentir más intimidad con su pareja”.
Fuente: Listin Diario