En 1960, la Organización de Estados Americanos condenó a las accionas del gobierno dominicano y mandó unos representantes a observar la situación en la República Dominicana. Por esta razón, Trujillo ordenó que las mujeres detenidas en las cárceles fueran liberadas, incluso Minerva y Maria Teresa. Sin embargo, sus esposos quedaron presos. Fueron detenidos en La Victoria en Salcedo; luego Manolo y Pedro fueron transferidos a la cárcel San Felipe en Puerto Plata mientras Leandro permanecía en La Victoria.
LA DECISIÓN A MATAR LAS HERMANAS MIRABAL
Existían varias circunstancias que podían haber contribuido a la decisión de Trujillo a matar las hermanas Mirabal. Ella respresentaban un peligro para su régimen porque eran bien-conocidas y admiradas en todas partes del país. No importaba cuántas veces Trujillo las arrestaba ni cuántas de sus propiedades y posesiones él confiscaba; Minerva, Patria y Maria Teresa se negaban a dejar su misión de restaurar la democracia y las libertades civiles a la nación. Se sabía que a Trujillo, un hombre casado, le gustaba seducir a las muchachas jóvenes y mantenía a sus varias amantes en sus mansiones por todo el país. En la celebración de 1949 en San Cristóbal, Trujillo falló en su esfuerzo a seducir a Minerva. En su libro Tres Heroínas y un Tírano, Miguel A. García habla de esta conversación entre Minerva y el dictador mientras que bailaban:
TRUJILLO: ¿Ustéd está de acuerdo con mi línea política?
MINERVA: No me interesa la política.
TRUJILLO: ¿Y si yo le mando a mis súbditos para que la conquisten?
MINERVA: ¿Y si yo conquisto a sus súbditos?
LOS ASESINOS
Trujillo tenía que ser muy selectivo cuando eligiendo los hombres dispuestos a cometir un crimen tan horripilante. Eligió a los asesinos a base de sus acciones anteriores; los que mostraban que ya no tenían ningun problema matando a cualquiera fueron eligidos. Estos hombres eran Victor Alicinio Peña Rivera y los siguientes miembros de la policía secreta: Ciriaco de la Rosa, Ramon Emilio Rojas, Alfonso Cruz Valeria, y Emilio Estrada Malleta. Esta policía, llamada el Servicio de Inteligencia Militar, o SIM, había sido organizada por Trujillo cuando aún estaba subiendo por los grados militares en el ejército. Su experiencia con los soldados de marina de los Estados Unidos le había enseñado unas cosas de inteligencia militar. Trujillo había formado varias agencias que espiaban en el público, y hasta en las otras agencias. Los ciudadanos dominicanos tenían que cargar tarjetas de identificación publicados por la policía.
Las desapariciones de los críticos de Trujillo y también los rumores de torturas e homicidios cumplidos por el SIM les ganó una reputación temerosa por el país entero. La participación de los susodichos asesinos en las actividades del SIM hizo que Trujillo los eligiera para llevar a cabo el homicidio de las hermanas Mirabal.
EL HOMICIDIO
El 25 de noviembre de 1960, tres de las cuatro hermanas Mirabal — Patria, Minerva y Maria Teresa — viajaron a Puerto Plata en el norte desde Salcedo con el chofer Rufino de la Cruz para visitar a sus esposos quienes estaban detenidos en La Cuarenta. Ya era de noche cuando salieron de la cárcel y una tormenta había comenzado. Mientras viajaban por la carretera Santiago-Puerto Plata, una carretera entre las dos ciudades, su Jeep fue parado por los susodichos hombres de Trujillo. Como es difícil, y verdaderamente imposible, para una persona que no estuvo presente contar el incidente, una narración por unos de los mismos asesinos es más apropiado. Este extracto, narrado por Ciriaco de la Rosa, es de la Enciclopedia Dominicana 1997 CD-ROM:
“Después de apresarlos los condujimos al sitio cerca del abismo donde ordené a Rojas Lora que cojiera palos y se llevara a una de las muchachas, cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas [Maria Teresa]. Alfonso Cruz eligió la más alta [Minerva], yo elegí a la más bajita y gordita [Patria] y Malleta al chofer, Rufino de la Cruz. Ordené a Perez Terrero que permaneciera en la a ver si se acercaba alguien que se pudiera enterar del caso. Esa es la verdad del caso. Yo no quiero engañar a la justicia ni al pueblo. Traté de evitar el desastre, pero no pude, porque de lo contrario [Trujillo] nos hubiera liquidado a todos.”
De esta manera, las hermanas Mirabal y Rufino de la Cruz fueron golpeados hasta la muerte al lado de una carretera entre Puerto Plata y Santiago. Patria tenía 36 años de edad, Minerva 34, y Maria Teresa 24. Este acto horrible sí tuvo consecuencias para Trujillo; el homicidio de tres mujeres indefensas era lo último que la población dominicana podía aguantar, y así comenzó el fin del régimen de Trujillo.
Fuente:
«Cuando supe que habían caido las tres hermanas Mirabal me dije:la sociedad establecida ha muerto.»
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las primeras líneas de Amen de MariposasPedro Mir, poeta nacional de la Rep. Dom. |