Después de 14 años de gobierno del primer mandatario indígena, Bolivia podría tener a su segunda mujer presidenta.
Tras la renuncia del presidente Evo Morales y de los funcionarios y legisladores que deberían sucederlo, los reflectores voltearon a una senadora de la oposición, Jeanine Áñez. Mejor dicho, la legisladora puso el reflector en ella al asegurar que como segunda vicepresidenta de la cámara alta le toca asumir como titular interina del Ejecutivo.
Sin embargo, antes Áñez tiene que ser nombrada presidenta del Senado, algo que requiere los votos de la mayoría de la cámara, actualmente dominada por el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales. Una sesión extraordinaria fue convocada para la tarde del martes, en la cual ella espera que se concrete su elección como máxima autoridad de la cámara alta.
Entre lágrimas, la legisladora dijo la víspera a periodistas que lo haría sólo “para dar una certidumbre al país”, de manera transitoria y para convocar a nuevas elecciones. “Lo que quiero es aportar, es darle una solución a esta crisis tan horrible que estamos viviendo”, dijo sollozando ante las cámaras de televisión.
De ser confirmada, sería la segunda mujer en gobernar el país después de Lidia Gueiler, quien fue presidenta interina de Bolivia entre 1979 y 1980.
¿Pero quién es Áñez, una legisladora de quien hasta ahora pocos fuera de Bolivia habían escuchado?
Abogada de profesión, antes de dedicarse de lleno a la actividad política Áñez fue por un tiempo presentadora de la televisora Totalvisión -la cual también dirigió- en su natal Trinidad, capital del departamento amazónico de Beni, al noreste del país y cuya principal actividad económica es la ganadería.
De 52 años, es militante de la alianza opositora Unidad Demócrata (UD), el partido que lidera Rubén Costas el gobernador de Santa Cruz, localidad considerada un bastión opositor.
En 2006 fue electa para la asamblea constituyente que convocó Morales para reformar la constitución luego de la crisis política y social de 2003 que derivó en la caída de los partidos tradicionales y en el acenso político del propio Morales.
En los hechos, la UD es desde entonces el partido opositor más importante.
Áñez apoyaba la candidatura de su colega senador, Óscar Ortiz, que para las elecciones del 20 de octubre se presentó con la fórmula Bolivia Dice No. Ortiz apenas logró el cuarto lugar en los conteos preliminares, los mismos que dieron la ventaja a Morales en medio de acusaciones de la oposición de un fraude electoral.
Algunos seguidores de Áñez llegaron el martes hasta las puertas del Senado para mostrar su satisfacción.
“En mi tierra hay un gozo, hay algarabía”, dijo Fernando Llapiz, miembro de un comité cívico del departamento de Beni. “Una mujer nacida en las tierras benianas será presidenta. Nosotros le damos nuestro apoyo en este momento. Ella no está sola, nos tiene a su pueblo al lado”, añadió esperanzado.
Fuente:AP/PAOLA FLORES