La nueva tendencia que te ayuda a que la separación de tu pareja sea más fácil por medio de una gran celebración
Desde que naces hasta que mueres todo acontecimiento o transición en tu vida tiene una ceremonia. Partiendo por el bautismo, la primera comunión, los quince, toda clase de grados, tu boda, hasta la muerte tiene su ritual. Así que ¿por qué si el divorcio tiene tanto impacto en nuestras vidas no amerita celebrarlo?
Aunque para algunas decidir finalizar su matrimonio puede motivo de celebración a causa de la felicidad y los nuevos comienzos, para otras menos afortunadas rodearse de familiares y amigos para despedir su tiempo de casada puede ayudar a aligerar las penas de un corazón roto.
Sea cual sea el caso, el objetivo del ritual es cerrar una etapa, un ciclo, una celebración fundamental para abrir las puertas y permitir que entren nuevos aires.
Según los expertos (profesionales que se dedican a la planificación de las célebres fiestas de divorcios) existen dos tipos de clientes. Los primeros, y más comunes, los que han tenido una separación muy dura, siguen atados emocionalmente a sus ex y necesitan ayuda. Y otros que sienten que han desperdiciado su tiempo estando juntos y se despiden sin rencor en una celebración que le demuestra a sus amigos que no tienen que elegir bandos.
Lo cierto es que una fiesta de divorcio en realidad es un espacio que permite darse un momento para llorar, reír, respirar, hacer lo que uno quiera o necesite en compañía de amigos y familiares.
Una idea muy revolucionaria pues antes la gente que se divorciaba estaba sola, como avergonzada de un fracaso, lo que hacía de una experiencia que ya de por sí es difícil, más negativa. La fiesta es una manera de sacarlo todo a la luz, al mismo tiempo que los amigos ayudan a pasar por esa difícil etapa de la vida.
Los rituales pueden ser muy poderosos y efectivos por eso se llevan haciendo a lo largo de la historia de la humanidad. ¡Y finalmente comienzan a hacerse tras un divorcio! La compañía puede ser muy confortable- dejándonos claro que no estamos solos- en medio de un proceso que tiende a ser muy solitario.
La misión que una despedida de casada debe conseguir es que la transición a la soltería sea lo más suave posible así que todo, la decoración, el tema, el lugar, y la intención- desde el humor a la venganza pasando por todo el abanico de sentimientos- son tenidos en cuenta.
Hay solo dos reglas de oro en estas celebraciones y que se deben cumplir a toda costa: los hijos no son bienvenidos y no hay que abandonar a la persona el día después de la fiesta.
El divorcio de los padres puede ser muy duro para los niños y es algo en lo que hay que ser muy cuidadoso. La fiesta puede ser algo confuso para los hijos o dar pie a malinterpretaciones. Por otra parte, celebrar, beber y bailar está muy bien pero luego hay que seguir apoyando al que se ha separado. Estar cerca, llamarlo, invitarlo a hacer cosas, mantener la amistad activa es fundamental para que se cumpla el objetivo real- superar una ruptura.
¿Funciona? ¿Realmente alivia la pena de un divorcio? ¿Te sentirás mejor después de haber lanzado tu argolla de compromiso al mar, o de hacer falsos conjuros, o bailar con un payaso disfrazado de tu ex? Son muchas las preguntas que se quedan sin respuesta, pero a veces solo necesitamos reírnos de todo, bailar y comer ponqué hasta reventar.
Y aunque sí, a nadie le gusta el divorcio- particularmente aquellas que lo son o están a punto de serlo- por lo que si estás (o conoces a alguien que esté) en la angustia agonizante de ello, hazte el favor gigante y dale la oportunidad a este afamado antídoto para la depresión de una separación.
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