Las «ballenas asesinas», u orcas, comparten con los humanos la supervivencia de las abuelas mucho tiempo después de la menopausia, una característica de pocos mamíferos que mejora las perspectivas de los nietos, según un estudio que publica este lunes Proceedings of the National Academy of Sciences.
«El entender por qué las hembras en algunas especies de mamíferos cesan la ovulación antes del fin de sus vidas es un reto interdisciplinario de larga data», indicaron los investigadores encabezados por Stuart Nattrass, del Departamento de Biología en la Universidad de York, en el Reino Unido.
En la mayoría de los mamíferos la sencescencia reproductiva va a la par con en envejecimiento físico, pero la decadencia reproductiva es mucho más rápida que la física en los humanos, el calderón tropical o de aleta corta (Globicephala macrhorhynchus), las belugas (Delphinapterus leucas), los narvales (Monodon monoceros), y las ballenas asesinas (Orcinus orca).
Las hembras de estas especies «sobreviven más allá de su ciclo reproductivo», explicó el artículo.
«En los humanos, las abuelas – agregó – ayudan a incrementar la supervivencia de sus nietos y, a su vez, su propia aptitud evolutiva».
Los científicos hicieron referencia al «efecto abuela» en un gama de sociedades humanas, incluidas las sociedades actuales de recolectores y cazadores y poblaciones preindustriales y que contribuye a la supervivencia de la especie.
«Aproximadamente, tres de cada cuatro mujeres que llegan a la edad adulta en las sociedades de cazadores y recolectores no dan a luz después de los 45 años de edad, y en promedio tienen una expectativa de vida hasta mediados de los 60 años», indicó el estudio.
«De manera parecida, las orcas también tienen períodos de vida post-menopáusicos extremadamente largos: dejan de reproducirse al final de los 30 y comienzos de los 40 años de edad, pero siguen viviendo por décadas», añadió.
Para su estudio los científicos examinaron los datos de más de 40 años de censos en dos grupos de orcas cuyo hábitat está en el Pacífico noroccidental, a fuera de las costas Washington (EE.UU.) y Columbia Británica (Canadá).
En su trabajo analizaron las tasas de supervivencia de 378 «nietos y nietas» cuya abuela materna estaba identificada y, cotejando esos datos con la abundancia anual del salmón los autores encontraron que en los dos años siguientes a la muerte de una abuela hubo una reducción en la supervivencia de los nietos.
«En particular el efecto abuela pronostica que las abuelas incrementan la aptitud de la especie sustentando a los nietos y nietas que dependen de la comida que se les provea por algún tiempo después del destete», señaló el artículo.
«Con su menopausia las abuelas evitan el conflicto reproductivo con sus hijas y ofrecen mayores beneficios a sus nietos», añadió. «Los beneficios post-reproductivos que las abuelas dan a sus niegos son más importantes en tiempos difíciles cuando la abundancia de salmón es de baja a moderada».
Los investigadores indicaron que sus datos muestran que las abuelas que siguen teniendo crías no son capaces de proporcionar el mismo nivel de apoyo que las abuelas post-menopáusicas y «por eso la evolución del fin del período reproductivo aumenta la capacidad de una abuela para ayudar».
Fuente: EFE