Además de ser un gran condimento para la cocina, el ajo es usado desde tiempos milenarios para el tratamiento de dolencias y de enfermedades. El ajo tiene alicina, carbohidratos, calcio, vitamina C, proteína y fibra.
Tiene propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas
El ajo es ideal para combatir las enfermedades intestinales, gracias a que tiene sulfuro de dialilo. Combate a todas las bacterias que pudieran intervenir negativamente en el tránsito intestinal. Además, también tiene selenio, que inhibe la propagación de infecciones virales.
Funciona como digestivo
Al ayudar y prevenir las enfermedades intestinales, también mejora la secreción de jugos estomacales. El ajo, aplicado en muchas comidas, te ayudará si tienes problemas de estreñimiento.
Controla la presión alta y previene enfermedades cardíacas
Los polisulfuros del ajo promueven la apertura de los vasos sanguíneos, lo que deriva en la reducción de la presión arterial. Además, reduce el colesterol total, LDL y HDL, por lo que también ayuda a la prevención de enfermedades cardíacas.
Cómo consumirlo
Lo ideal es un diente de ajo, en adultos, al día. Y la mejor manera es que esté crudo, o lo menos cocido posible, para evitar que todos sus nutrientes se pierdan en la cocción.
Fuente: DIARIO LIBRE