La comunidad latina en Nueva York está entre los grupos con más afectados por el COVID-19, que ha provocado la muerte de más de 3,000 hispanos en el estado, según datos oficiales. A la dominicana Leticia de la Rosa le ha tocado organizar el servicio funerario de al menos seis compatriotas y ceremonias por live streaming.
Para ella la parte más difícil es explicarles a los familiares que no pueden repatriar el cuerpo de su pariente a su país natal por la prohibición de viaje impuesta por los gobiernos debido a la pandemia.
Y cada vez De la Rosa recibe más pedidos de parientes para que les envíen una fotografía de su familiar ya fallecido y así verlos por última vez ante la imposibilidad de no haber estado con ellos por la cuarentena y el aislamiento social dispuestos.
De la Rosa es oriunda de San Pedro de Macorís y emigró en 2008 a los Estados Unidos. Desde hace seis años trabaja en el negocio funerario en John B. Houston Funeral Homes. Como gerente de operaciones en la compañía tiene a su cargo todo el papeleo que conlleva contactar a los hospitales, hacer el acta de defunción y la organización del entierro, entre otras diligencias.
La alta demanda del sector funerario en Nueva York, que ya cuenta con más de 10,000 muertes por el COVID-19, ha hecho que muchas de sus jornadas laborales comiencen a las 3 o 5 de la madrugada para poder atender el flujo operacional de dos locales en New Jersey y uno en Nueva York.
En medio de sus afanes, De la Rosa respondió por correo a las preguntas que le envió Diario Libre USA.
—¿Desde cuándo comenzó a notar un aumento en la demanda de servicios de la funeraria?
En el mes de marzo. A principios de ese mes empezamos a recibir más casos de decesos de lo acostumbrado.
—¿Cómo se ha ido incrementando la cantidad de servicios que deben ofrecer y cuántos son de muertos por COVID-19?
Tenemos confirmados 20 decesos por esta causa. Tenemos unos 40 casos que aún no están confirmados como positivos al COVID-19, pero sí tienen posibilidad de que esta sea la causa de la muerte.
Nuestros servicios han tenido un aumento de un 50 %, más o menos, y a la vez hemos tenido que diversificarlos para la protección nuestra y de los familiares de los occisos implementando live streaming para los funerales. Hemos programado arreglos virtuales para que puedan ser enviados sin necesidad de aglomeramiento y respetando el distanciamiento social, entre otras cosas.
“Una chica llamó desesperada para que le enviaran una foto de su madre (ya fallecida)”.
—¿Cómo se han preparado usted y sus compañeros para tratar con los cuerpos de casos de COVID-19 y proteger su salud?
Le hemos suministrado a nuestro personal la protección adecuada, más a los encargados de recolectar los cuerpos en los hospitales y choferes, como trajes asépticos, mascarillas N95 y guantes especiales. Y para disminuir el tiempo de los empleados en los hospitales, estamos haciendo citas para las recogidas de los cuerpos.
—¿Hay algún caso en particular que le haya tocado y quizás no va a olvidar?
Entre todos los casos -que son difíciles por el desconsuelo de los familiares que no pueden darles la sepultura esperada a sus familiares-, una chica, cuyo nombre me reservo por privacidad, llamó desesperada para que le enviaran una foto de su madre (ya fallecida), que fue un positivo del COVID-19, ya que, debido a la pandemia, ella se encontraba en un lugar con alta contaminación del COVID-19.
No la pudo ver por más de un mes por que las nursing homes estaban cerradas y, cuando murió, no pudo salir tampoco a verla porque su área está en cuarentena total.
Y me está pasando eso mucho más ahora.
—Entre los servicios que ha prestado por COVID-19, ¿hay de dominicanos?
Sí, hemos tenido aproximadamente seis casos de dominicanos positivos al COVID-19. La parte más difícil es explicarles a los familiares, en ese momento tan difícil, que nos es imposible repatriarlos por la prohibición de viaje debido a la situación que presenta el mundo por esta peligrosa pandemia.
—En Nueva York han tenido que enterrar cuerpos en fosas comunes. ¿Qué piensa al saber que esto ocurre?
Esto es un caso muy triste, porque la mayoría de estos casos son de personas que no tienen familia en el país o en su peor caso no tienen los recursos necesarios para darles una sepultura correcta.
—¿Cómo hace para que la situación que enfrenta no le afecte su salud mental y emocional?
Una de las cosas que he hecho es trabajar desde mi casa, esto me da más tranquilidad y menos estrés ante la situación. Otra cosa importante son mis conocimientos bíblicos, que me han ayudado a mantener la calma para poder ayudar a estas familias en estos momentos de dificultad.
—¿Extraña algo de la República Dominicana dentro de esta situación?
Claro, la unidad de las personas y la compasión siempre han sido de las virtudes de nuestro país, y se están llevando de manifiesto en estos momentos tan difíciles. Aquí, los afanes de la vida y las complicaciones, no nos permiten demostrar empatía a esas personas que de una manera u otra son afectadas por esta delicada pandemia. También, cómo no, extraño poder estar con mi familia y protegerla.
—Una vez que se controle la pandemia, ¿cómo cree que volverá a ser su trabajo en la funeraria?
Estaremos mejor preparados para las situaciones que se presenten, y tendremos más capacitación sobre la pandemia. Algo personal que me gustaría implementar son conferencias de concienciación para nuestra comunidad hispana, principalmente sobre los planes funerarios y/o seguros de vida, para que estemos preparados ante situaciones como esta y no tener que estar preocupados en la parte financiera, sino estar concentrados en su duelo.
Fuente: DIARIO LIBRE