Con la llegada del verano, y a pesar de las restricciones de aforo por las medidas para combatir el coronavirus, las playas y parques vuelven a recibir personas que buscan disfrutar del sol y broncearse. Sin embargo, la exposición solar debe ser responsable para evitar problemas de salud.
La protección de la piel es muy importante y los protectores solares son una de las medidas más extendidas para hacerlo, aunque en los últimos años hayan estado en el centro del debate por su impacto en el medioambiente, su efectividad o en los riesgos que su uso pudiese conllevar.
La Asociación Española de Dermatología, que editó en 2015 un estudio llamado “50 dudas sobre el sol”, define la luz solar como «un flujo de energía en forma de ondas electromagnéticas de diferentes frecuencias: luz visible, infrarroja y ultravioleta».
El sol es una fuente excelente de vitamina D, que es un factor esencial para que el cuerpo absorba el calcio, necesario, entre otras cosas, para tener unos huesos fuertes. También influye en el funcionamiento del sistema nervioso e inmunitario.
Sin embargo, desde hace años, la exposición al sol también está ligada a un concepto que no tiene que ver con las funciones del organismo, sino con la estética: el bronceado. Hombres y mujeres ven en la piel dorada un atributo de belleza y, en ocasiones, se exponen al sol en exceso o de manera peligrosa para lograrlo.
Precaución y responsabilidad.
Las ventajas de la exposición al sol son incuestionables, pero ha de hacerse con precaución. El doctor. Ángel Pizarro, jefe de la Unidad de Prevención y Diagnóstico Precoz de Melanoma de la Clínica Dermatológica Internacional de Madrid, una institución de reconocido prestigio, matiza tres cuestiones importantes.
La primera es evitar las quemaduras: “Llegados a este punto, la quemadura es incómoda, la exposición al sol ya no tiene ningún beneficio adicional para nuestra salud y las quemaduras solares repetidas son un claro factor de riesgo para desarrollar melanoma años después”, dice.
“Las personas con piel muy clara y sensible, con enfermedades que cursen con fotosensibilidad o con riesgo elevado de cáncer de piel, deben dar siempre prioridad a la protección solar”, continúa el doctor. «Por otro lado, si se tiene una carencia de vitamina D -señala- es preferible aliviar esa falta con suplementos orales. En los niños menores de dos años también es preferible primar la protección solar y no exponerlos al sol innecesariamente”.
En cuanto al tiempo recomendable, el doctor. Pizarro afirma que no es posible dar una respuesta concreta porque depende de diferentes factores como, por ejemplo, el tipo de piel, la época del año o la hora del día. “En cualquier caso, siempre es preferible evitar el sol al mediodía”, cuenta.
“En torno a 10-15 minutos de sol a media mañana o a media tarde sin protección ayudan a producir vitamina D sin apenas riesgo de quemadura. El resto del tiempo, mejor siempre con protección solar”, sentencia.
El protector solar.
Recientemente, investigadores de la FDA estadounidense, la Administración de Medicamenteos y Alimentos, publicaron un estudio en el Journal of the American Medical Association en el que abordaban la absorción de algunos componentes de los protectores en la sangre. No es la primera vez que estos productos solares está en el ojo del huracán: ya se ha hablado de su impacto en el medioambiente, de compuestos que no servían para nada y de su efectividad.
El doctor Pizarro señala que el estudio tiene una base metodológica impecable, pero que hay que analizar los resultados con cautela. El experto cuenta que el equipo investigador analizó la absorción de diferentes filtros solares químicos “cuando el protector se aplica en la dosis teóricamente óptima de 2mg/cm2, que cubriría la protección indicada en el envase, estos niveles no implican toxicidad ninguna, pero sí hacen recomendable efectuar estudios adicionales para evaluar una posible toxicidad”, matiza el experto.
Dejando a un lado el espectro teórico, en el día a día muy pocos usan el protector en las dosis indicadas en el bote y usadas en el estudio. “En la práctica no es necesario hacerlo para no quemarse, si se emplean con sentido común y uno no se pone luego al sol de forma muy prolongada en el entorno del mediodía”, cuenta el doctor.
“Por otra parte, no hay estudios epidemiológicos consistentes que hayan revelado problemas de salud relevantes asociados al uso de protectores solares”, asegura el Dr. Pizarro. Los propios autores han recomendado realizar más estudios, pero sus resultados no han derivado en desaconsejar su uso. “Probablemente en el futuro debamos reconsiderar cuál es el índice de protección máximo razonable y la cantidad de producto necesaria para alcanzarlo. De forma que el usuario tenga una información más realista tanto de la efectividad de estos productos como de sus potenciales riesgos”, sentencia.
La elección correcta.
Los protectores solares tópicos contribuyen, según cuenta el Dr. Pizarro, a reducir el riesgo de quemadura y los daños que produce en la piel la radiación ultravioleta A y B. ”Pero no debemos confiarnos. La protección no es absoluta”, señala. “Por ello debemos considerar a los protectores solares tópicos como un excelente complemento a otras medidas como búsqueda de la sombra, ropa, mejor oscura, y gorro o sombrero”, sentencia.
A la hora de elegir el protector ideal para cada uno, el doctor señala varios puntos que hay que tener en cuenta. Como su capacidad de protección en relación con la sensibilidad al sol, la comodidad de uso, la zona del cuerpo en la que se aplica -eligiendo uno específico para la cara- la edad, el tipo de piel y las actividades que se realizarán.
Los componentes químicos que pueden conllevar más riesgo, por reacciones alérgicas, están siendo eliminados, cuenta el Dr. Pizarro. Para los que estén más preocupados por la absorción, el experto resalta que existen protectores con filtros físicos o minerales que apenas se absorben. “Son, de hecho, los ideales para niños muy pequeños, para embarazadas o para personas con pieles muy sensibles o irritables”, señala.
Finalmente, si no se está seguro de cuál elegir o la oferta resulta abrumadora, el doctor recomienda consultar con los profesionales médicos o de farmacia. “Es importante recordar que, si las cremas solares se emplean como una medida complementaria a otras, como la búsqueda de sombra, la ropa o el gorro, no necesitaremos utilizar nunca cantidades tan elevadas como las empleadas en los mencionados estudios para estar bien protegidos”.
Fuente: EFE