“Nunca imaginé que una hinchazón en mis labios podría estar diciéndome que estaba en peligro de una complicación de preeclampsia. Gracias a Dios que más que preocuparme tiendo a ocuparme. Llamé a mi doctor y él de inmediato me dijo que debía ir a la clínica. Así lo hice, y fue entonces cuando luego de examinarme, él me informó que me había subido la presión y que corría el riesgo de sufrir esta complicación”. Esto le sucedió a Yaris Acevedo cuando llevaba más de la mitad de su embarazo.
A Juan Mario Corcino sus labios también le ‘hablaron’ de su salud. Un constante hormigueo, que en principio confundió con estrés, resultó ser la alerta para saber que estaba al borde de sufrir un accidente cerebrovascular. “Ya a los tres días no me estaba gustando lo que me estaba pasando y fui a mi cardiólogo. La evaluación que me hicieron dio como resultado que estaba en camino a tener un accidente isquémico transitorio (AIT)”, cuenta agradecido de que ese hormigueo le diera la voz de alarma.
No distinto fue el caso del padre de Lucrecia Valdez. Un pequeño temblor en el labio superior de su boca, que se volvía cada vez más intenso ‘informó’ que no se trataba de que iba a recibir una “sorpresa” como suele decir el dominicano cuando esto sucede. El mensaje era que estaba en el umbral de padecer de Parkinson.
“Nos fuimos al médico y, aunque en principio se minimizó la gravedad del asunto, meses después unos nuevos exámenes y varios estudios dieron como diagnóstico que papá comenzaba padeciendo la enfermedad. Ya los temblores no eran solo en los labios, sino en la manos y en sus piernas. Puedo decir que el problema ha podido controlarse en lo que tiene que ver con progresión, debido a que sus labios nos avisaron”, dice Valdez.
La situación de Carmen Rocío Mercedes fue más drástica todavía. Una pequeña protuberancia, que en principio creía que se trataba de un herpes, se con
en un cáncer de labios. Los tratamientos sin resultados que le aplicaron para eliminarla y dejaban claro que el labio inferior de su boca estaba teniendo serios problemas.
“Me fui a Miami por sugerencia de un buen médico dominicano, y fue allí donde otro doctor de aquí me sometió a diversas pruebas y se determinó que en efecto, tenía cáncer en el labio. Me operaron y salí bien gracias a Dios. Me dijeron que el problema se originó por la excesiva exposiciónal sol a la que acostumbraba estar. Afortunadamente entendía lo que mi labio me estaba ‘diciendo’ y busqué ayuda a tiempo”.
Carmen Rocío comparte su historia con los lectores de LISTÍN DIARIO porque entiende que es importante atender a esos mensajes a los que en ocasiones no se les presta la debida atención.
Voz experta
El médico internista Gustavo López Agüero, valora cada uno de estos testimonios porque en efecto: “Los labios pueden hablarnos de nuestra salud”. Esto lo dice convencido de que si se le presta atención, la gente puede encontrar solución a un problema que va de mínimo a grave. “Te puedo decir que hasta esas manchas negras que a veces nos salen en la boca y que no sabemos el porqué, pueden estar diciéndonos no solo que la tenemos porque vivimos en un país tropical, sino que estamos en peligro de padecer un cáncer o que ya lo tenemos”, sostiene el especialista venezolano.
Por lo delicada que se torna la situación cuando de labios se trata es que él sugiere no tratar a la ligera cualquier señal que ellos emitan. No importa que sea el acostumbrado y famoso herpes o un “insignificante” temblor de uno o de los dos labios de la boca. “Cualquier alerta por simple que sea, puede estar ‘hablando’ de algo más grave”, insiste López Agüero.
El cuidado
La doctora Luisana Pérez, quien realiza una especialidad en Dermatología, en Cuba, también quiso alertar sobre la importancia del cuidado de los labios.
“Una de las principales enfermedades que aparecen en los labios es el herpes simple que es producida por el virus del herpes tipo 1. Y se contagia de forma directa. Aunque hay varios, el herpes labial, es muy común.Sus síntomas aparecen 24 horas antes de aparecer la lesión, como ardor y comezón. Luego aparecen varias vesículas sobre una base eritematosa. Por lo regular se originan por exponerse a la luz solar o artificial durante períodos largos”, sostiene.
Dice que los brotes van a depender mucho del estado inmunitario de la persona. Cita que otras causas pueden ser el estrés, cambios de temperatura y ciclos menstruales. “Ahora bien, por ser los labios indicadores de otras situaciones de salud, es necesario que se acuda al médico ante la aparición de cualquier alteración que veamos en ellos y que sea persistente y recurrente. Ellos son capaces de decirnos que algunas cosas no andan bien en nuestro organismo”.
Independientemente de todo esto, Pérez entiende que es preciso no solo “escuchar” lo que dicen los labios, sino cuidarlos, hidratándolos, llevando una alimentación saludable, consumiendo vitaminas E y B2, sobre todo para los que se agrietan o se hinchan sin causas mayores, solo por falta de hidratación.
Fuente: Marta Quéliz