El cáncer de mama es uno de los más prevalentes en el mundo. En el 2020, 2.3 millones de mujeres fueron diagnosticadas con esta enfermedad, cantidad de la cual el 30 % desarrollará metástasis, según cifras ofrecidas por la Organización Mundial de la Salud.
“Cuando nos enfrentamos a un cáncer de mama metastásico, hablamos de un cáncer de mama avanzado, es decir, un cáncer en etapa cuatro y aquí nuestro objetivo es lograr calidad y extensión de años de vida más amplia posible. De ahí que la discusión con el médico tratante sea de suma importancia para determinar el mejor tratamiento posible” explica la directora del área médica para Oncología Candean, la doctora María Elena Gil.
Una paciente que ha tenido cáncer de mama debe mantenerse en control para poder enfrentar oportunamente un diagnóstico de este tipo. Por otro lado, existen un grupo de mujeres que tienen cáncer de mama metastásico cuando se les diagnostica por primera vez.
Avances
De acuerdo con la experta, los avances en tratamientos de cáncer de mama han logrado desarrollar terapias orales dirigidas que han superado la quimioterapia y sus efectos adversos; han facilitado la adherencia al tratamiento, y de hecho algunas ofrecen una mayor sobrevida global y seguridad clínica para la paciente. De ahí que la exploración de las opciones disponibles con el médico sea de suma importancia.
Las mujeres que viven con cáncer de mama avanzado o metastásico, explica, tienen experiencias distintas y necesidades diferentes a aquellas que se encuentran en las primeras etapas de la enfermedad. Esa es la razón por la que es importante que sientan la confianza de acercarse a su médico y evaluar junto a su equipo de apoyo las opciones de tratamiento, las necesidades y las herramientas que requieren para enfrentar los desafíos de la condición.
“Un medicamento dirigido representa una alternativa terapéutica muy importante que puede impactar en sobrevida y en la calidad de vida de las pacientes que han sido diagnosticadas con este padecimiento”, agrega Gil.
Detección temprana
La búsqueda activa y el diagnóstico en la fase inicial del cáncer de mama mejoran las posibilidades de éxito en la curación y la supervivencia. Tal y como recomiendan las organizaciones de salud, es ideal que las mujeres mayores de 40 años mantengan controles periódicos con su médico, de manera que se les realice las indicaciones de estudios de imágenes preventivos (mamografía y/o ecosonografía) según sea el caso, lo que permite lograr el diagnóstico precoz de la enfermedad, que se traduce en una mejor evolución ante el tratamiento recibido, con posibilidades de cura.