Los antihistamínicos son medicamentos muy comunes, que se usan para tratar síntomas alérgicos y se venden sin receta. Su función no es curativa, pero son eficaces para aliviar las molestias de las alergias perennes o estacionales.
Su mal uso o abuso implica riesgos para la salud. Lo ideal es seguir todas las indicaciones del médico y pedir consejo farmacéutico.
No debes mezclarlo con otros medicamentos sin consultarlo con el médico o en la farmacia. No agregarlos a fármacos antidepresivos, ni a tratamientos para úlcera de estómago o indigestión, ni tampoco a remedios para la tos o el catarro que ya lleven antihistamínico.
Los antihistamínicos que llevan difenhidramina o doxilamina están contraindicados en casos de glaucoma de ángulo cerrado, asma, enfermedad hepática grave o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC ).
Las embarazadas deben consultar específicamente para tomar los Anti-H recomendados. En los Anti-H de tercera generación aún no hay estudios.