El cáncer de piel es uno de los más frecuentes y esto se relaciona con uno de los factores de riesgo más prevenibles, la exposición solar y a los rayos ultravioleta (UV).
Esta enfermedad puede afectar a todas las personas, independiente del tono de piel, aunque algunos tienen mayor predisposición que otros, pero con un diagnóstico temprano tiene muy buenas tasas de curación.
De acuerdo con la doctora Mirvia Abreu, radioncóloga, el cáncer de piel se desarrolla cuando las células de la capa de la piel que se llama epidermis crecen de manera descontrolada.
“La epidermis está compuesta primariamente de tres tipos de células: células escamosas, basales y melanocitos, el tipo de cáncer dependerá de la célula de origen, por lo tanto, se clasifican principalmente en melanomas y cáncer de piel no melanoma”, especifica.
El carcinoma de células basales es el más común de todos con un 80 % de los casos, tiene crecimiento muy lento y siempre aparece en áreas expuestas al sol como una pápula clara o color piel de larga duración semejante a un grano o lesión con sangrado recurrente, pero tienden a crecer localmente y sin un tratamiento quirúrgico temprano llegan a destruir los tejidos cercanos.
El segundo tipo de cáncer de piel más frecuente es el carcinoma de células escamosas, con un 15 % de probabilidades, y el tercero es el melanoma, que es el menos común pero puede ser mortal.
Con relación a los factores de riesgo, la experta indica que todo lo que incrementa las probabilidades de desarrollar cáncer de piel es un factor de riesgo, algunos más prevenibles que otros, pero que no todos los factores de riesgo provocarán un cáncer de piel, aunque es importante conocerlos para su prevención y chequeo dermatológico rutinario.
“La exposición solar extensiva, especialmente sin protector solar, vivir en áreas de clima soleado, historia de quemaduras solares, camas de bronceado, la edad, personas de complexión clara (pelirrojos, rubios, ojos claros o aquellos con tendencia a quemarse al sol), historia familiar o personal de cáncer de piel y heridas cutáneas previas que no cicatrizan o tienen costra persistente” son los mayores factores de riesgo para contraer la enfermedad, dice Abreu, quien es especialista del Centro de Radioterapia Integral (Radonic).
Como recomendaciones para protegerse de los rayos UV, aconseja que si la persona está al aire libre, debe buscar la sombra y evitar exponerse entre las 10:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde (cuando los rayos solares son más intensos).
También debe usar protector solar con factor de protección o SPF mínimo de 30, colocarlo 30 minutos antes de salir y volver a aplicarlo cada dos horas y después de sudar o nadar.
Usar el protector aún en días nublados, usar sombreros y lentes de sol, tener precaución cerca del agua, arena o nieve (reflejan y amplifican los rayos solares) son otras de las medidas preventivas.