Llegaron los días de verano, y como es costumbre, también los mosquitos. La razón por la que dichos insectos suelen ser más notorios durante esta época es sencilla: las temperaturas elevadas propician que sobrevivan más tiempo y que se reproduzcan. Si bien escapar de ellos y los daños que causan a nuestra piel parece casi imposible, la verdad es que hay soluciones bastante prácticas para mantenerlos alejados de casa. Aquí te compartimos cuatro remedios caseros:
Limón y clavos dulce. Dos ingredientes que seguro hay en tu cocina y no sabías que tienen esta función. Lo único que debes hacer es tomar medio limón e incrustarle varios clavos dulce. Una vez lo hayas hecho, colócalo en la ventana del espacio que quieras mantener libre de mosquitos.
Aceites esenciales. Eucalipto, lavanda, limón y almendras son los aceites más eficaces para esta tarea. Basta con empapar bien una bola de algodón con alguno de ellos y colocarla en una zona estratégica o aplicarte el aceite como repelente.
Agua y ajo. Siempre hemos escuchado el mito de que el ajo ahuyenta a los vampiros, pero ¿sabías que también sirve con mosquitos, moscas y hasta garrapatas? Solo debes pelar y cortar varios dientes de ajo y echarlos en un bol con agua. Deja reposar, vierte en un atomizador y rocía las habitaciones con esta agua.
Agua y vinagre. Se trata de otra infusión súper efectiva para combatirlos. Necesitarás un cuarto de vinagre blanco y medio vaso de agua. Mezcla bien y riega en las ventanas. Al igual que con la mezcla anterior, lo recomendable es que eches del lado de afuera de la ventana para que el olor no quede atrapado en tu casa.
Por qué pican
Los mosquitos se alimentan del néctar de las flores, no de sangre (como algunos piensan). Solo las hembras pican a los humanos y otros animales, y es porque este líquido contiene las proteínas y otros compuestos químicos que necesitan para madurar los huevos de los que saldrán sus crías. Así que los que te pican no son los mosquitos, sino las ‘mosquitas’.
Según una serie de estudios publicados en la revista científica Current Biology, para identificar sus víctimas, estos insectos integran tanto las señales olfativas como las visuales, pero identifican mejor las primeras. Otro punto importante que determina quienes son más propensos a ser picados por mosquitos es la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que exhalamos al respirar, lo que indica que ante los ojos de estos insectos las personas con obesidad, las mujeres embarazadas y quienes tienen un ritmo metabólico rápido son mucho más atrayentes, ya que estas emiten cantidades más elevadas de CO2.
El tipo de sangre también puede influir. Aunque no se sabe el trasfondo, investigadores han comprobado que los mosquitos se sienten más atraídos por las personas con sangre del grupo O y menos por las del tipo A.