Comer más sano no es tan difícil como crees. Mira algunos consejos para cuidar tu salud y tu bolsillo.
Así que si estás cansada de las sopas instantáneas te damos algunas ideas para cuidar tu salud y tu presupuesto.
1. Haz una lista de mercado y apégate a ella. Planea las recetas que prepararás en el transcurso del mes o la semana y escoge solo los ingredientes que necesitarás para ellas.
Si es posible, visita las plazas de mercado de tu ciudad, por lo general sus precios son más bajos que los del supermercado y puedes conseguir más comida por menos dinero.
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2. Congela tus vegetales: Pese a que siempre será mejor consumir verduras frescas, sabemos que la falta de tiempo puede dificultarlo. Para evitar que tu comida se dañe, debes mantenerla congelada y porcionada.
3. Cocina tú misma. Cuando preparas tus propias comidas tienes más control de la sal y grasa que usas al cocinar tus alimentos, algo que no sucede en un restaurante. Evita comer demasiado en la calle e intenta que la mayoría de tus desayunos, almuerzos y cenas sean hechos en casa.
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4. Dale otro propósito a tu comida del día anterior: Si te sobró algo de carne, puedes mezclarla con huevos para tu desayuno, o si te quedaron algunos vegetales puedes añadirles arroz o ponerlos en tortillas de trigo. Sé creativa para no desperdiciar comida (y dinero).
5. No a las bebidas azucaradas: Por lo general, bebidas como gaseosas, tés o jugos procesados suelen tener altas cantidades de azúcar y calorías vacías. Acompaña tus comidas con agua, tés naturales o infusiones herbales.
6. Camufla vegetales en tus comidas favoritas: Las ensaladas no son la única manera de comer vegetales e ingredientes sanos. Incorpóralos en las comidas que más te gusten: añade espinaca o champiñones a un plato de pasta, o un poco de tomate a tus huevos en el desayuno, por ejemplo.
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7. Empieza bien el día: Un desayuno abundante evitará que mueras de hambre durante el día, y serás menos propensa a gastar tu dinero en ‘snacks’ poco saludables (y costosos). Asegúrate de incluir diferentes grupos de alimentos, como lácteos, cereales y fruta.
8. Dale una oportunidad a los granos: Los fríjoles, las lentejas y los garbanzos son ricos en proteína y fibra, además, son económicos y generan una sensación de llenura. Incorpóralos en tu menú.
9. Elige alimentos que sean versátiles: Aguacate, atún, pasta, huevos y tomate son algunos ejemplos de comidas no costosas y saludables, que puedes usar con diferentes recetas en diferentes horas del día.
10. Controla el tamaño de tus porciones: Come hasta estar satisfecha, no llena, así controlas tus porciones y no sentirás culpa. Tampoco esperes a tener mucha hambre para comer, pues con hambre no puedes pensar qué es lo que tu cuerpo necesita.
Recuerda que cada metabolismo es diferente y no debes iniciar dietas sin el acompañamiento de un especialista en nutrición. La clave de una buena rutina alimenticia está en comer de manera consciente y equilibrada, incluyendo todo tipo de alimentos en su debida porción.
Fuente: Fucsia