Las celebraciones y compromisos sociales y familiares, la gastronomía tradicional a la temporada, propician excesos al comer y beber durante las fiestas de Navidad y Fin de Año que nos significan sobrepeso y malestar.
Asimismo, al iniciar un nuevo año es habitual hacernos propósitos de rebajar si acusamos obesidad, ser físicamente activos y comer de manera saludable, conscientes de la importancia de esto para nuestro bienestar y salud.
En ese sentido, nada raro que en enero “todo el mundo ande a dieta” y por eso se torna pertinente preguntarnos ¿Cuál es la dieta ideal? Unos responderán “vegetariana”, otros “baja en grasa”, otros la de “cero carb” y así por el estilo, consecuente con el mar de visiones que hay en esta compleja materia de la alimentación moderna.
Para aproximarnos a una respuesta equilibrada, lo primero que hay que tener en cuenta es la individualidad de cada ser humano y por eso cabe compartir esta excelente observación de la nutricionista española Cala H. Cervera: “Cada persona nace con una bioquímica determinada, la cual puede predisponerle al desarrollo de ciertas enfermedades o síntomas. Es por eso que no todo el mundo se beneficia de la dieta típica recomendada basada en ensaladas, frutas y agua fresca; algunas personas por el contrario, se sienten mejor comiendo comida cocinada y bebiendo líquidos calientes…Así pues para conseguir una salud óptima es vital descubrir las necesidades individuales del organismo”.
En conclusión no hay fórmulas mágicas; la “dieta ideal” es la probada como buena para cada persona y “descubrirla” pasa por que aprendamos a conocernos a nosotros mismos y nos auxiliemos de especialistas que reconozcan y entiendan nuestra individualidad y tengan capacidad para asistirnos sobre esa base.
Eso no significa de ningún modo desconocer principios que en general son positivos para optimizar nuestro régimen dietético y fomentar un metabolismo activo, que al fin y al cabo es la clave para mantenernos en buena forma.
Por ejemplo, si comemos carne que ésta sea de calidad, de ganado alimentado al pasto o aves criadas por la libre. Preferir los cortes magros, evitar las cocciones prolongadas.
En cuanto a carbohidratos, preferir los complejos. Mantenernos bien hidratados y combatir el estreñimiento mediante la ingesta adecuada de fibra, que a la vez representará el prebiótico promotor de flora intestinal beneficiosa.
La alimentación adecuada fomentará al propio tiempo equilibrio hormonal y dormir bien, lo que a su vez asentará buen metabolismo aun en las horas de reposo.
Fuente: Claudia Fernandez