Las mujeres recurren a las prótesis mamarias por dos razones. Puede ser por un asunto estético, en aquellas que desean tener un aumento en sus senos, y de reconstrucción, para quienes tuvieron que pasar por un proceso de extirpación a causa de un tumor maligno u otra condición especial de salud.
Varios especialistas advirtieron las consecuencias que podrían acarrear en la salud los implantes y las dificultades que provocan en las mujeres mientras se realizan el autoexamen de mama para determinar algún cambio en su tejido mamario.
Los oncólogos Alexandra Guarín y Luis Corrales revelaron estos datos durante el seminario de cáncer metastásico organizado por la farmacéutica Pfizer, que estuvo dirigido a periodistas de Centroamérica y el Caribe.
Según Guarín, estudios han demostrado que tener prótesis mamarias es un factor de riesgo para desarrollar neoplasia en estos órganos.
Estas investigaciones han arrojado que existe un incremento de este tipo de cáncer debido a un linfoma.
El linfoma es un cáncer que afecta a los linfocitos y, como consecuencia, al sistema inmunitario de quien lo padece. Durante este proceso, los linfocitos pasan de ser células “normales” a ser mutaciones que se convierten en tumor maligno.
Procesos inflamatorios
“El uso de implantes se ha relacionado con procesos inflamatorios que pueden darse alrededor de estos, por tratarse de un cuerpo extraño.
Algunas mujeres presentan procesos granulomatosos e inflamatorios y, en general, los tipos de linfomas están relacionados con procesos inflamatorios”, destaca la galena.
Sin embargo, el oncólogo costarricense Luis Corrales señala que esta relación no se da con todas las prótesis.
Destaca: “A finales de los años 90 una compañía francesa producía un tipo de prótesis que provocaba este tipo de cáncer, pero en la actualidad se dejó de producir y salir al mercado”, especifica.
En mujeres con este tipo de material artificial, el proceso de exploración debe realizarse “muy minuciosamente” cuando un especialista en oncología esté realizando una mamografía o ultrasonido para determinar algún tipo de lesión.
Corrales enfatiza que existe una diferencia en las mujeres sin prótesis y aquellas que sí las tienen. Durante el proceso de autoexploración, las pacientes con implantes presentan dificultad a la hora de examinarse todas las áreas del seno.
En este caso, se recurre al estudio de un ultrasonido para observar algún cambio en los senos, aquellos que no se logran percibir a través del examen físico.
Agrega, además, que en la actualidad el tamizaje recomendado para este tipo de pacientes es la resonancia magnética, pero su dificultad de acceso impide que todos puedan utilizarla.
Otro de los factores de riesgos del cáncer de mama recae sobre la edad, pues aumenta después de los 50 años; la historia reproductiva, menstrual y familiar, las terapias de reemplazo hormonal, la radiación, raza y factores hereditarios.
HERENCIA GENÉTICA
La directora médica de Pfizer Oncología para Latinoamérica, Alexandra Guarín, dice que entre el 5 y el 10 por ciento del cáncer de mama se hereda.
Los genes más comunes que se heredan son el Brca 1 y 2.
Estos genes regulan el ciclo celular y evitan su proliferación anormal, pero al existir una mutación en su ADN, desconocen el crecimiento anormal de las células cancerígenas, lo que provoca la aparición y crecimiento de un tumor, sin ser percibido.
Según estudios, se estima que el 86 por ciento de las mujeres con una mutación en el gen Brca1 desarrollarán cáncer de mama a los 70 años.
Fuente: Escarlin Pozo