Es probable que cuando se habla de erección se piense en estimulación y excitación sexual, sin embargo, no siempre es así. Por ejemplo, el priapismo es un trastorno que se caracteriza por presentar una erección prolongada que puede afectar tanto a hombres como a mujeres por más de cuatro horas, y que en ocasiones, puede venir acompañada de dolor, explica la uróloga Marielle Lapaix, del Centro Profamilia. “Si este trastorno no se trata a tiempo podría comprometer de forma adversa la salud sexual del paciente y causar daños psicológicos”, dice la especialista.
Aunque se registra una baja tasa de priapismo, es importante destacar que afecta más al hombre que a la mujer. Según Lapaix, sus causas son múltiples y van desde enfermedades hematológicas, como la anemia falsiforme, el uso de sustancias prohibidas, enfermedades neurológicas e infecciosas, hasta daño en la médula espinal. Lapaix explica que en el país, los pacientes falcémicos son los más propensos en presentar emergencias urológicas por este trastorno.
Un caso de priapismo del que el país se hizo eco, le ocurrió en el 2004 a un joven de 25 años en la ciudad de Santiago, quien atribuía su condición, de manera errada, al consumo de papa y queso.
Otro caso que sucedió en la misma provincia, pero en el 2010, fue el de un señor de 45 años, quien duró 25 días con el pene erecto y al que los especialistas recomendaron cortarle su miembro viril, debido a que por la falta de circulación se le estaba necrosando. La causa que le provocó el priapismo fue el consumo de cocaína, según médicos del hospital regional José María Cabral y Báez.
Tipos
Priapismo venooclusivo (isquémico o de bajo flujo). Se produce por una dificultad para el drenaje de los cuerpos cavernosos. Al no darse una correcta circulación, se condiciona también una obstrucción en el flujo de entrada de sangre arterial y, en consecuencia, se produce una isquemia de los cuerpos cavernosos que, cuando se prolonga en el tiempo, origina fibrosis y alteración permanente de la función eréctil.
Priapismo arterial (no isquémico o de alto flujo). Es menos frecuente que el anterior. Se debe a un exceso de flujo arterial sobre los cuerpos cavernosos que condiciona una dificultad para su drenaje.
Prevención
Existen formas de priapismo que no pueden ser evitadas, mientras que otras sí, manifiesta Lapaix. Para ello, es conveniente no consumir drogas ni inyectarse sustancias en el pene y tratar la enfermedad que la podría estar causando, entre otras.
Tratamiento
El propósito del tratamiento es hacer que la erección provocada por este trastorno desaparezca, comenta Lapaix. Según otros especialistas, este tratamiento generalmente empieza con una combinación de drenaje de sangre del pene y el empleo de fármacos.
Por aspiración. El tratamiento en la sala de urgencias consiste en aspirar la sangre de los cuerpos cavernosos del pene con anestesia local, usando una pequeña aguja y una jeringuilla. Este tratamiento calma el dolor, limpia los tejidos de sangre pobre en oxígeno y puede detener la erección. Este procedimiento puede ser repetido hasta el momento en que acabe la erección.
Inyección intracavernosa. Si el procedimiento de aspiración no es suficiente, se procede a utilizar inyecciones de fenilefrina en el tejido esponjoso del pene. Este medicamento constriñe los vasos sanguíneos que transportan la sangre al pene, lo que limita el flujo de sangre. Esta acción deja que los vasos sanguíneos que transportan la sangre fuera del pene se abran, permitiendo el flujo de la sangre hacia fuera. El tratamiento puede ser repetido a lo largo de múltiples horas si es preciso. Hay un cierto peligro de efectos secundarios, como cefalea, mareos y presión arterial alta, en especial si tiene hipertensión o enfermedades del corazón. “Si el tratamiento, con ayuda de los medicamentos, no tiene efecto, es ne cesaria la intervención quirúrgica”.
Fuente: Jessica Bonifacio