La hipertensión arterial prolongada y la exposición continua al ruido pueden causar acúfeno, una patología en la que el paciente escucha un zumbido interno que puede alterar su calidad de vida, afirmó la otóloga Magdicarla de Alba.
El acúfeno, también conocido como tinnitus, es un sonido agudo o grave que la persona escucha de manera permanente sin que sea causado en el exterior o que otra persona lo perciba, explicó a Efe la especialista de la Clínica de otología del Hospital civil de Guadalajara (oeste de México).
Añadió que este zumbido es una de las primeras manifestaciones de la presión alta debido a que hay una disminución del flujo sanguíneo que deja sin oxígeno a las células de la cóclea, las cuales son las encargadas de transformar la vibración del sonido en impulsos nerviosos que llegan hasta la corteza cerebral.
«La disminución del flujo sanguíneo puede ser suficiente para ocasionar un acúfeno y dejarlo permanente, aunque se haya resuelto la hipertensión, porque la pérdida de oxigenación que tuvieron las células fue bastante y no se resuelve tan rápido», aseguró De Alba.
Si la hipertensión ha sido controlada el paciente puede tratar de disminuir el zumbido mediante medicamentos especiales que ayudan a la circulación y que, en algunos casos, han tenido «buena respuesta», afirmó.
El tinnitus puede ser síntoma de otras enfermedades como problemas en la articulación temporomandibular, localizada entre el hueso temporal y la mandíbula, por una fístula o conexión anormal entre los vasos sanguíneos, por un problema en la trompa de Eustaquio, que forma parte del oído interno, o por un tumor en el nervio auditivo, llamado neurinoma del acústico.
«Todas estas enfermedades pueden causar esos ruidos que estaría percibiendo el paciente, pero no necesariamente el oído es el que lo está produciendo, y una vez que se identifica la causa y se da tratamiento, el zumbido desaparece», expresó.
Sin embargo, hay acúfenos llamados subjetivos, que son los más comunes y que podrían ser propiciados por una lesión en la células de la cóclea, por una exposición continua y prolongada a ruidos intensos o debido a una lesión por haber estado expuesto a una fuerte explosión o ruido súbito.
La especialista explicó que una de las primeras manifestaciones de cuando esas células se empiezan a lesionar puede ser el acúfeno.
«Pero es una de las áreas de otorrino que todavía tenemos inexploradas a pesar de que se ha investigado al respecto, por ser un síntoma tan subjetivo. No se puede hacer una biopsia tan fácilmente y tenemos muchas dificultades en su diagnóstico correcto y por consecuencia en su tratamiento», advirtió la especialista.
Agregó que el sonido es percibido sobre todo durante la noche, cuando la persona están en un lugar tranquilo y en silencio.
En algunos pacientes esta condición puede afectar su vida cotidiana y su funcionalidad, además de la posibilidad de que presente síntomas de ansiedad ante la imposibilidad de que el zumbido cese.
«Hay pacientes que aunque la intensidad sea baja repercute mucho en su vida diaria y en su funcionalidad o incluso con sentimientos como depresión. Hay otros que tienen acúfeno intenso y lo ignoran, hasta cierto punto; es parte de su vida y no interfiere en su concentración o en su conciliación del sueño», expresó.
De Alba recomienda que quienes tengan este tipo de sonido permanente deben acudir con un especialista de oídos para que descarte alguna otra enfermedad.
El médico también puede realizar una prueba llamada acufenometría con la cual se medirá la intensidad y características del zumbido.
Aconseja practicar «técnicas de habituación» a la tinnitus por medio de ciertos sonidos para que el paciente pueda restarle importancia y que no afecte su vida, además debe evitar permanecer en una habitación en silencio y auxiliarse de música relajante o sonidos de la naturaleza para disfrazar el zumbido.
Fuente: María Gonzñalez/EFE