La ansiedad es un estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad, es una útil forma de adaptación natural de nuestro cuerpo que nos ayuda a permanecer alerta o a ser más cuidadosos ante experiencias desconocidas, o sucesos donde nuestra integridad se vea comprometida. Los síntomas van desde constante sensación de estar en peligro o de que ocurrirá una desgracia, nerviosismo, tensión, problemas para dormir o concentrarse, y esto acompañado, la mayoría de las veces, de aumento significativo y ZonaNconstante del ritmo cardíaco.
En los últimos años, se ha visto que este estado de salud mental afecta más a los jóvenes que a los adultos mayores, dado a la incertidumbre laboral pospandemia, los cambios en la rutina, el aburrimiento y la «pérdida de libertad» que vino con las medidas sanitarias, acompañada de la gran recesión económica mundial.
Muchas investigaciones demuestran que las personas que sufren de altos niveles de ansiedad y nerviosismo están en más alto riesgo para padecer problemas del corazón, tales como hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca y ataques cardíacos, entre otros.
Existe una relación directa entre la ansiedad y el aumento de la frecuencia cardíaca (número de latidos por minuto), debido a una producción, por parte de nuestro cuerpo, de sustancias que, si bien sirven para mantenernos alerta, tienen un impacto negativo en el sistema cardiovascular, acelerando el corazón inclusive cuando el paciente se encuentra en reposo, llevándolo a ser más propenso a padecer de taquicardia (más de 100 latidos por minutos), arritmias (alteración en el ritmo cardíaco como consecuencia de impulsos eléctricos inadecuados o asincrónicos), e hipertensión arterial (presión mayor de 140/90 mmHg).
Es importante recordar que la salud física es también un reflejo de la salud mental. Por esto, es importante reconocer la ansiedad que pueda tener el paciente para poder tratar enfermedades cardiovasculares. Algunos tips para controlar el estrés y este trastorno son: actividad física, tener algún hobby, meditar, mantener la comunicación con tu familia y amigos, establecer horarios para desconectarse diariamente, aprender a respirar correctamente para relajarse. Cabe destacar que automedicarse no es una opción, por lo que es recomendable visitar a un profesional en el área si los síntomas persisten.
Licurgo Jacob Cruz
Es cardiólogo y hemodinamista, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Estrella Ureña en Santiago, director del departamento de Hemodinamia y jefe de Docencia del Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS).