Aunque la higiene está asociada a la prevención de enfermedades, quien desarrolla una extrema obsesión por ella, se enferma psicológicamente.
El trastorno obsesivo compulsivo por la limpieza va más allá de ser amantes a la higiene, ser organizadas y, por ende, ser racionales.
Más bien, es convertirse en perfeccionistas, tener pensamientos repetitivos de que las cosas queden limpias, brillantes y en el mismo orden… no dan cabida al error, porque de lo contrario significará un fracaso.
Si eres de los que limpian la casa cada momento, mantiene las cosas siempre en el mismo lugar, te molesta si encuentras polvo en alguna superficie o se encuentra en un modo distinto al que esperabas; asimismo, si criticas como los demás realizan sus tareas domésticas porque consideras que nadie las hace mejor que tú, es probable que seas esclavo de este tipo de trastornos.
Al hablar de obsesiones, la psicóloga Paloma Mateo dice que hace referencia a pensamientos, imágenes, ideas o impulsos indeseables, que se producen de forma repetitiva, generando un gran nivel de ansiedad.
Según Mateo, los pensamientos irracionales que pueden llevar al acto de la limpieza pueden ser distintos entre persona y persona. Por ejemplo, algunos individuos pueden tener pensamientos supersticiosos que les provocan ansiedad si no realizan actos para reducir sus síntomas ansiosos, otros pueden pensar que todo está contaminado y si no se limpian van a sufrir enfermedades graves, y otros pueden llevar el orden y la limpieza del hogar al extremo, ya que buscan continuamente la simetría de los objetos.
“Estos rituales de limpieza pueden generar un malestar en quien la padece, pero a la vez, les da cierto alivio ante la ansiedad generada por los pensamientos que tuvieron previamente, todo lo que conlleva a estos síntomas que padecen las personas con este trastorno les puede causar angustia e interfiere con su vida cotidiana, y esto los empeora notablemente”, manifiesta la especialista.
Según algunos psiquiatras, el trastorno obsesivo compulsivo por la limpieza, es una de las afecciones irracionales de tipo neurótico que padecen en su mayoría las mujeres, y que en particular provoca problemas emocionales, como miedos, inseguridad, fobias y complejos; y síntomas psicofísicos como fatiga, estrés, insomnio, problemas en las articulaciones, depresión, accidentes, sobrepeso, sedentarismo, falta de apetito sexual, irritabilidad, cefaleas, hipertensión y problemas vasculares.
Solución
Uno de los puntos más importantes a tomar en cuenta a la hora de ayudar a una persona afectada con esta problemática es hacer que se dé cuenta de que su manía se ha transformado en obsesión, y que además de afectarle, también a quienes tiene a su alrededor. Para Mateo, acudir a un profesional será la opción más adecuada, si la persona se ve incapaz de reducir la ansiedad y el estrés por la situación que está atravesando.
El objetivo al acudir a un psicólogo en estos casos es que la persona logre mejorar su vida y, en consecuencia, la vida de quienes tiene a su alrededor.
Mateo destaca que los tratamientos pueden ayudar con el control de las obsesiones, y a evitar el comportamientos compulsivos. “La terapia cognitiva conductual, combinada con medicamentos, es efectiva en estos casos ya que están enfocadas en la modificación de conducta y respuestas emocionales, pensamientos y comportamientos inadecuados asociados a este tipo de trastornos”, puntualiza.
Fuente: Jessica Bonifacio