Es común colocar en los ambientes puertas del mismo material, color y acabado. Éstas, por lo regular, se suelen elegir en color blanco o marrón, pero para romper con la monotonía puedes llenarlas de color en función de lo que quieras conseguir. Si lo que deseas es renovar el ambiente de tu hogar, o por el contrario, cubrir el deterioro de tus puertas, puedes pintarlas, en vez de cambiarlas. Será una buena idea si no cuentas con el presupuesto necesario para sustituirlas.
Recuerda que la pintura es el recurso decorativo por excelencia, tanto para paredes como para puertas. Con ella conseguirás que este elemento destaque o pase desapercibida.
Tonalidades
Las puertas en color azul puede convertirse en un fiel aliado de los ambientes más clásicos, aportando un toque náutico si se combina con el blanco. Además, para obtener un interior que capte las miradas e impresiones, elige colores vibrantes como el amarillo o el rojo.
En el caso del rosa, que siempre es asociado con ambientes femeninos, es una de las opciones más alegres que puedes incluir en tu vivienda. Sí, un toque romántico siempre da, pero intenta mezclarlo con grises y blancos, e incluso con imágenes de plantas y flores, verás que el resultado es mucho más fresco de lo que imaginas.
Aunque el negro es un color con el que hay que tener cuidado, en tus puertas brindará un toque elegante a todo el ambiente.
Si prefieres darle un toque más divertido a tu ornamentación, las puertas de las habitaciones puedes pintarlas de dos colores, añadirles figuras geométricas o incluso, hasta estampados. Para la primera opción, divide la puerta con cinta de forma diagonal, escoge dos colores que te gusten y comienza a pintarlas de cada lado.
Ideas
En las puertas de las habitaciones (incluyendo la de los armarios), puedes añadirles los detalles de tu preferencia como flores, personajes animados y soluciones matemáticas.
Fuente: Jessica Bonifacio